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viernes, 31 de agosto de 2012

Just it.

No quiero una relación seria, quiero decir, soy una adolescente, quiero a alguien con quien pueda comportarme como una auténtica gilipollas. Alguien con quien pueda quedarme hablando de las cosas más absurdas durante horas.Quiero a alguien que me haga reír y con la que ponerme a planear cosas que jamás van a suceder. Porque estoy harta de ver películas sobre la chica que se enamora del chico perfecto. ¿Quién quiere algo perfecto? Quiero aventura. Quiero alguien a quien contarle mis secretos también y pasar el fin de semana comportándonos como críos de cinco años. Quiero diversión.




Hacía ya mucho tiempo que no subía una entrada, creo que voy a continuar poniendo cosas de vez en cuando. Gracias por leer.

domingo, 26 de febrero de 2012

Everything’s gonna be alright.


La vida de Ronnie no se podía calificar precisamente de agradable o divertida. Se pasaba las horas intentando sacar segundo de bachillerato para no tener que soportar más a todos esos compañeros que habían estado insultándola, marginándola, poniéndola en situaciones lamentosas, haciéndola sentir mal consigo misma… Había días en los que Ronnie se levantaba comiéndose el mundo pero que acababa comiéndose el suelo. Ella decía que le gustaba la soledad, pero realmente necesitaba el apoyo de un verdadero amigo con el que poder confesarse.
“Otro día más”, pasó por la cabeza de Ronnie mientras dejaba la mochila vieja llena de libros cerca de su cama. Encendió el ordenador y se puso a hacer lo de siempre: escribir en su blog. Le encantaba poder relajarse por un momento al día, su blog era un lugar donde poder contar su vida sin que nadie la criticara en absoluto por ello, su rincón de paz propia, el sitio adecuado para expresarse libremente.
Después de relajarse durante un rato, decidió acudir al parque cercano a su casa para poder inspirarse tranquilamente, ya que sus dos hermanastras no la dejaban tranquila simplemente por el hecho de que no le gustaba lo mismo que le gustaba al resto de adolescentes de su edad: beber y fumar. Ronnie caminó hasta el banco donde daba el último rayo de sol de la tarde, fue apuntando las cosas que sentía en su “Cuaderno de pensamientos” con su pluma estilográfica preferida, la que le había regalado su padre antes de morir. Cuando dio su sesión de escritura por finalizada, dejó el cuaderno a un lado y comenzó a observar cómo el sol desaparecía por el horizonte para darle paso a la esplendorosa luna.
Hace un atardecer bonito.-Escuchó la voz de un chico que estaba enfrente de ella. Eso la desconcertó, nunca nadie se acercaba a ella, ella era diferente, era rara.- ¿Te importa que me siente? Soy Louis.-Se presentó con una sonrisa, tendiéndole la mano a Ronnie.
Eh, claro, siéntate.-Dijo ella recogiendo hacia un lado todas sus pertenencias.-Soy Ronnie.-le sonrió.
Ronnie y Louis estuvieron hablando durante un par de horas. Ambos coincidían en infinidad de cosas, les gustaban los mismos grupos musicales, las mismas películas, los mismos libros… Pero cada uno admiraba una cualidad del otro.
¿Tocas la guitarra?-dijo Ronnie realmente emocionada.-Me encantaría aprender, lo intenté una vez, pero soy nefasta.-Concluyó con resignación. Ella estaba intentando controlar su nerviosismo, jamás se había sentado con un chico tan guapo a hablar de sí misma, ni en sus mejores sueños lo había logrado.
¿En serio has viajado a todos esos países? No me lo puedo creer, siempre he querido ir a Francia, a Rusia, a Finlandia y a Canadá.-Sentenció él con la misma emoción que su compañera.
Louis insistió en acompañar a Ronnie a casa una vez había dado una hora muy poco prudente. Ronnie sabía que la iban a castigar por llegar a las doce de la noche, pero la verdad es que no le importaba. Le había encantado conocer a Louis y pasar aquellas horas con él. Ronnie salió corriendo con una velocidad que dejó pasmado a Louis, el cual intentó seguirla, pero ella ya se había perdido entre la multitud de personas que había aquella noche radiante de viernes.
Louis se giró y pateó una piedra varias veces mientras volvía por sus propios pasos para recoger la chaqueta que se había dejado en el banco, entonces vio un pequeño cuaderno con diversas fotos pegadas en la cubierta y una vieja pluma estilográfica. Él sabía a quién pertenecía, su dueña era aquella magnífica chica que había estado sentada con él en aquel banco durante toda la tarde. Decidió que iba a encontrarla, se lo debía a ella por haberle alegrado aquel día de perros que llevaba, y a él mismo que ya estaba cansado de que le hicieran daño al no encontrar a la adecuada. Ronnie lo era. Y él lo sabía. Cuando Louis llegó a su casa, decidió echar una ojeada al cuaderno para encontrar algún tipo de información con la que hallar a la legítima dueña del cuaderno. Después de quedar maravillado con aquellos preciosos textos escritos con una letra impecable en tinta negra, fue reuniendo pistas sobre el lugar de residencia de aquella conocida. En sus textos encontraba fragmentos en los que explicaba alguna de las vistas que podía observar desde su habitación, el número de escalones exactos que debía subir hasta llegar a su casa, la característica fachada que tenía su hogar…
De acuerdo, mañana por la mañana voy a darle el cuaderno.-Murmuró Louis antes de meterse en la cama a perderse en otro mundo leyendo esas magníficas palabras que poseía el cuaderno.
Mientras tanto, Ronnie estaba muy preocupada por la pluma que se había dejado olvidada en el banco del parque después del encuentro con Louis. El cuaderno sinceramente le daba igual, podía volver a escribir otras cosas que salieran de su cabeza, pero la pluma estilográfica era el único recuerdo que le quedaba de su padre. Resignada, decidió meterse en la cama para regresar al parque al día siguiente, quizá con un poco de suerte se había caído debajo del banco y no se lo había llevado nadie.
A la mañana siguiente, al llegar de buscar la pluma en el parque, Ronnie llegó destrozada a su casa. Subió a su cuarto para estudiar un rato, pero era incapaz de concentrarse, tenía unas ganas tremendas de llorar, le había fallado a su padre.
Por otro lado, Louis salía de su casa emocionado por devolverle sus pertenencias a Ronnie, siguió las pistas que ella había dejado en su cuaderno y llegó frente a una casa que poseía las características descritas en el pequeño cuaderno. Llamó a la puerta y le abrió una extraña mujer, de haber sido otra situación quizá habría salido corriendo como había hecho tantas veces al jugar con sus amigos.
Disculpe señora, soy Louis Tomlinson, vengo a devolverle a su hija unas pertenencias que se olvidó ayer en el parque…-Dijo el pobre chico avergonzado.
Louis, tengo dos hijas, pero dámelo si quieres y yo averiguo de quién es, no he visto eso en mi vida.-dijo la señora con una voz fría como el hielo.
Si no le importa me gustaría saber de quién es el cuaderno por mi cuenta. Era de Ronnie, una chica muy dulce, tímida…-dijo Louis acordándose de aquella persona con la que había estado hablando la tarde anterior.
Aquí no vive ninguna Ronnie, pero puedo hacer que bajen mis hijas a ver si es alguna de ellas.-Dijo antes de gritar un par de nombres. Al rato bajaron por las escaleras dos chicas gemelas con pinta de estiradas, a Louis le parecía totalmente normal que fueran familia.
¿Sí, mamá?-dijeron las dos al unísono. Louis sabía perfectamente que ninguna de esas dos chicas era con la que había estado hablando la tarde anterior.
Perdonad, es que este cuaderno pertenece a una chica que vive en esta casa, y me encantaría dárselo y poder charlar con ella un poco…-No le dejaron terminar la frase cuando se pusieron a chillar como urracas.
¡Ese cuaderno es mío! ¡Mío!-gritaron de nuevo al unísono las dos gemelas.
Si no os importa escribid en un folio una frase para comparar la letra con la del cuaderno.-Dijo Louis a modo de prueba.
Las gemelas y su madre subieron rápidamente a su cuarto, allí la madre les ordenó que imitaran la caligrafía de su hermanastra. La primera, Anastasia, bajó corriendo las escaleras con un pequeño trozo de papel en la mano. Louis después de comparar la caligrafía con la del cuaderno, decidió que ella no era la que estaba buscando. A los cinco minutos bajó la otra chica, Griselda, con otro folio de la misma manera que había bajado su hermana. A Louis le pareció que la letra era bastante parecida, pero vio que  no era tan fluida como la de la dueña del cuaderno y se disculpó al decirle que ella tampoco era la chica que estaba buscando.
Tengo a mi sobrina viviendo bajo este techo también, pero ella seguro que no es, jamás sale de casa, la muy estúpida prefiere quedarse en su cuarto en vez de salir como el resto de personas normales.-Dijo la extravagante mujer.
Si no le importa, me encantaría que ella también hiciera lo mismo que ellas.-dijo Louis señalando a Anastasia y a Griselda.
¡Ramona!-gritó la mujer desde la escalera. Al segundo apareció una chica que, al contrario que las dos anteriores, bajaba en chándal y con un moño despeinado en la cabeza. Louis en cuanto la vio sabía que era ella, pero decidió hacerle también la prueba. La chica escribió en un pequeño trozo de papel una frase que repetía mucho en el cuaderno “Todo va a estar bien”. Louis sonriente le entregó el cuaderno y la pluma a su verdadera dueña.
Muchísimas gracias.-Dijo Ronnie dándole un fuerte abrazo al chico.
Desde ese día, Ronnie y Louis se veían a diario, a veces iban a relajarse juntos al parque en el que se conocieron por vez primera, otras veces innovaban y cogía un tren que los alejaba de su apagada ciudad durante un fin de semana. Ambos estaban felices, estaban enamorados.


Este es un relato que hice para un concurso de mi colegio, era sobre literatura fantástica y tenía que estar basado en un cuento infantil como La Cenicienta (que es este caso), Blancanieves... Espero que os guste y que dejéis vuestras opiniones al respecto :)

miércoles, 22 de febrero de 2012

¿Piensas que no son una inspiración?

Harry: Él me ha hecho darme cuenta que no necesitas ser super delgada y despampanante para conseguir a un chico. Él me ha enseñado que la edad no es el mayor de los problemas en una relación. También me ha enseñado que está bien susurrar cosas "sucias" en el oído de tus amigos siempre que seas capaz de llevar las consecuencias.
Niall: Me ha enseñado que está bien ser diferente. Él me ha hecho darme cuenta de que algunos chicos si que esperan para la chica de sus sueños, no de otra manera.
Louis: Me ha hecho darme cuenta de que está bien ser algo inmaduro independientemente de la edad que tengas. Me ha enseñado que la gente cambia y que debes vestirte como te dé la gana sin importarte lo que diga la gente de ti.
Liam: Me ha convencido de que si quieres algo fervientemente, y sigues intentando conseguirlo, tú puedes alcanzar tus metas, incluso aunque falles la primera vez. También me ha enseñado a cambiar radicalmente de vez en cuando.
Zayn: Me ha enseñado que ser algo cortado puede estar bien de vez en cuando. También, él me ha enseñado que está genial sentirte bien con tu apariencia.

Así que, ¿piensas que ellos no son una inspiración? Si es así, una última cosa: Han hecho a muchas chicas de todo el mundo sentirse bonitas y unirlas como una gran familia.
Pd: sí, sé que este no es el tipo de entrada al que estáis acostumbrad@s, pero me jode ver que algunas personas no son capaces de aguantar que existan personas mejores que ellos. Además, ayer ganaron su primer premio, un Brit, y eso se merece una entrada de apreciación. #ProudDirectioner One Direction WON

viernes, 6 de enero de 2012

Forever


-Si hubiera sentido el calor de tu toque. Si hubiera visto como sonríes cuando te sonrojas, o como se curvan tus labios cuando te concentras lo suficiente, hubiera sabido por lo que estaba viviendo. Por lo que he estado viviendo.-iba susurrando las palabras mientras las escribía en las pastas mi cuaderno favorito.
-Eres muy ñoña.-dijiste sin levantar la vista de tus apuntes de Historia.
-Olvídame y vuelve a lo tuyo.-te respondí poniendo los ojos en blanco.
-¿Sabes? Cuando las personas normales quedan para estudiar, suelen estudiar. Raro, ¿verdad?-dijiste con tono sarcástico.
-Y yo soy una persona normal.-dije poniéndome bizca, cosa que le hizo sonreír.-Vamos, hemos estado estudiando toda la tarde ahogándonos entres apuntes, ya son las siete, mañana seguimos.-terminé quejicosa.
-Venga, recojo y vemos una peli, ¿quieres?-me preguntaste aceptando mi propuesta con una media sonrisa.
Recogimos nuestros libros y los tiramos a un lado del sofá. Tú cogiste una manta y me la pasaste mientras buscabas un DVD de cualquier película que pudiéramos ver juntos.
-¿Sweeney  Todd o Pesadilla Antes de Navidad?-me preguntaste enseñándome dos de mis películas favoritas, me conocías perfectamente.
-Puuuuuuuuuuuuuuuuuuuues… no sé, ¿qué tal La Tostadora Valiente?-te pregunté poniéndote ojitos tiernos.
-Claro.-me sonreíste. Te tumbaste a mi lado y me echaste tu brazo por encima de mis hombros. Eras mi mejor amigo, y como buen amigo, teníamos nuestros momentos cómplices. Me puse nerviosa y no paraba de lanzar miradas furtivas disimuladamente para ver tu cara, mientras tú estabas concentrado en ver la película.  Poco a poco me fui echando en tu hombro hasta que quedé totalmente retrepada encima de ti.
-¿Estás cómoda?-preguntaste divertido.
-Jumm… sí, no estoy mal, la verdad.-te sonreí. Me dejaste ver tu preciosa sonrisa con tus perfectos dientes blancos y te fuiste acercando a mí lentamente mientras yo permanecía inmóvil. Presionaste tus labios sobre los míos suavemente, ese era nuestro primer beso, cálido y tierno, justo como lo eras tú. Nuestros labios se acoplaban perfectamente entre ellos, parecían estar hechos a medida.
-Te quiero.-dijiste separando tus labios de los míos mientras me sonreías.
-Yo más.-te respondí. Volviste a juntar tus labios con los míos, y nos fundimos en un beso que parecía no tener fin.

lunes, 2 de enero de 2012

Obsesión.


“Doy mil vueltas a la Navidad, esto no me deja descansar. Tantas cosas que no entenderé, todos lo comprenden menos yo. Se derriten sin saber por qué, como una bola de nieve al sol. Algo que no encaja, una pieza del rompecabezas que no puedo completar. Ahora lo veo, ahora se va, ¿qué quiere decir? ¿Qué quiere decir?”
Me siento tan confusa con respecto a mis pensamientos como Jack con la Navidad. No puedo parar de darle vueltas, y cuando creo que ya lo tengo todo resuelto, aparece algo que me vuelve loca y otra vez a empezar.
Todos parecen que tienen las ideas claras con respecto lo que van a hacer dentro de unos años, cuando tengamos que decidir qué vamos a hacer con nuestro futuro. ¿Yo? Yo simplemente sé que quiero hacer algo que cambie mi monótona vida, algo que me saque de la asquerosa ciudad en la que vivo, algo que haga de mí una persona completamente feliz sin ningún tipo de “pero” que se interponga en mi camino.


Pd: El problema de la comparación entre Jack y yo es que al final, Jack consiguió intentar lo que quería hacer (aunque no le saliera tal y como él quería), y yo lo único que voy a conseguir es crearme distintas utopías que van a joderme la vida durante lo que me queda de existencia.

Si eres capaz de soñarlo, eres capaz de hacerlo realidad.


¿Alguna vez has deseado algo con tanta fuerza que te duele? ¿Tan fuertemente que te dan ganas de echarte a llorar porque sabes que jamás lo vas a conseguir? Todas las personas que están a tu alrededor te dicen que no lo vas a conseguir, que no luches porque no te merece la pena, que no gastes tu tiempo en tonterías. Ya estoy harta de eso, si no lo consigo quiero que sea por mi propio pie, no porque todos me digan que no lo voy a conseguir; que si me doy en los dientes, sea mi culpa. Puede que parezca una tontería, una sandez, una gilipollez, pero yo soy así.
¿Y sabes? Lo voy a conseguir, sí, lo voy a conseguir nada más que para demostraros a todos que sí soy capaz de conseguir lo que me propongo, que nadie puede hacer que me venga abajo, y que aunque mis sueños parezcan lo más descabellado del universo, todo se puede hacer realidad.
Así que sí, cuando lo consiga, yo seré la que se ría de todos vosotros, y no quiero palmaditas en la espalda de personas que no hayan estado conmigo en todo momento, apoyándome en cualquier situación sin importar las condiciones o lo mal que se viera el asunto. No quiero personas que me digan “oh, cuánto me alegro por ti”, “estoy súper contenta de que lo hayas conseguido”, o “sabía que lo ibas a lograr” cuando esté en la cima.


Pd: A todas esas personas que intentan hacer que me venga abajo, que os follen, cariños.